En la Semana Santa, los mozos hacían un hombre de paja, representativo de Judas Iscariote, que lo colgaban y después de salir de misa el día de Pascua de Resurreción, lo montaban en un burro, lo paseaban por el pueblo, pidiendo el huevo, o chorizo para por la noche hacer una merienda, ocurriendo un año que no hicieron el Judas, se fueron a robarlo al pueblo de Matasejún surgiendo a causa de este acto, un enfrentamiento entre las juventudes de ambos pueblos. Esto actualmente se ha dejado de hacer, no obstante, si que varias personas han planteado volver a dicha tradición y se espera que vuelva a tener efecto en un futuro próximo.
En la actualidad, el día domingo de Resurreción, antes de empezar la misa, se hace una procesión por el pueblo con la Virgen, que la acompañan las mujeres por la calle del Horno o Barranco, los hombres con los pendones y los estandartes hasta la plaza mayor, donde esperan la llegada de las mujeres y tras saludar los pendones a la Virgen, se unen ambas procesiones en una sola, con cánticos alusivos la Virgen. En este momento tiene lugar la subasta del manto, en la cual las mujeres pujan por quitarle dicho manto a la virgen, y se tiran caramelos para los niños. Ya las dos procesiones unidas, suben a la Iglesia donde tiene lugar la Misa, y tras ella, se celebra el vermouth en la plaza del pueblo.