La ermita de Nuestra Señora de la Concepción, Ventosa de San Pedro
El dos de junio de 1819, en San Pedro Manrique, donde era notario Francisco Javier Gómez, representantes del Concejo de La Ventosa firman una escritura de obligación por la que dotan de bienes a la ermita que habían construido el año anterior, 1818, según consta en la piedra sobre la clave del arco de entrada. Argumentan que al ser pueblo de labradores y pastores tienen necesidad de oír dos misas los días festivos y domingos. El único sacerdote que les asistía decía misa en la parroquial de San Roque y donde fuera iglesia del despoblado de Rabanera advocada a Nuestra Señora de la Blanca. La nueva ermita la construyen para evitar ese desplazamiento. Rabanera se despobló a mediados del siglo XVIII. El último documento encontrado donde figuran todavía habitantes data del 6 de octubre de 1756, cuando se juntan para revocar un poder los vecinos de La Ventosa y Rabanera de donde era regidor Francisco Martínez. En fechas posteriores se suceden algunos documentos en los que queda patente que ya está despoblado: “Poder otorgado por los dos sexmos de Huérteles y Oncala. En el despoblado de Rabanera dan poder para que todos, nobles y general, paguen el pedido ordinario impuesto en el suelo y tierras, tal y como ordena la ley y el documento de 1726 que vuelve a dar la razón a los vecinos”. 27 de mayo de 1782. (AHPSo. Caja 2720. Volumen 4618). O este otro firmado ocho años más tarde: “En el sitio y despoblado de Rabanera, el día 22 de octubre de 1790 estando juntos y congregados como lo tenemos de costumbre el señor regidor de la Universidad de la Tierra y los señores procuradores del Sexmo de Huérteles...”. 26 de octubre de 1790. (AHPSo. Caja 2729. Volumen 4639). Los vecinos de Rabanera, según se colige de la documentación consultada, trasladaron su residencia a Palacio y Huérteles, aunque fue La Ventosa el lugar elegido por mayor número de vecinos de Rabanera. En fechas que se aproximan a las de la construcción de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, La Ventosa (todavía no había perdido el artículo ni se le había añadido el apellido de San Pedro), contaba con un número importante de vecinos. En 1752, cuando se lleva a cabo la recogida de datos para elaborar el Catastro de la Ensenada, tenía 58 vecinos más once viudas, alrededor de trescientas personas, propietarios de 3.384 cabezas de ganado merino, además de churras y cabras. Un siglo más tarde, cuando se recogían los datos para el Diccionario de Pascual Madoz, se mantenía la población en 300 almas y alguna más en 1900: 324 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística. A día de hoy sólo se contabilizan 12 personas censadas. Pese a esta pérdida de población, los habitantes de este pueblo se multiplican en verano y abren sus casas de piedra perfectamente conservadas, algunas de nueva factura. Cuentan con el atractivo de pertenecer a la ruta de las icnitas. Es también en verano cuando tiene lugar la fiesta de las Móndidas.
Aquí la transcripción de la escritura para dotar a la ermita de Nuestra Señora de la Concepción:
Escritura de obligación otorgada por el Concejo de La Ventosa
La ermita está situada en las eras. Es pequeña, construida con piedra, las paredes laterales, alargadas, forman un pórtico donde se halla la puerta de entrada con arco de medio punto apoyado en dos ménsulas. En su interior se guardan pinturas relativamente modernas, sobre tabla, para representaciones religiosas, y otros elementos ajenos a la propia ermita. En la pared del fondo se conserva, sobresaliendo del yeso, una hornacina dorada donde tal vez en tiempos se mostrara alguna imagen.