El despoblado de Rabanera, que consta como tal ya en 1954, aunque probablemente tuviera ese carácter desde el segundo tercio del siglo XVI, y del que no quedan sino meros vestigios al este del templo, se ubica a aproximadamente a 1 kilómetro al noreste del pueblo, accediéndose por un tortuoso camino sin asfaltar, que parte del cruce que conduce a Ventosa desde la carretera de San Pedro Manrique con Palacio de San Pedro. Rabanera está en los actuales términos de La Ventosa, una de las 25 aldeas que componían la Comunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique, dentro del sexmo de Huérteles.
No es este despoblado reciente, ni producto del llamado «éxodo rural» de las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, si no a causa de un incendio. Un traslado de una sentencia dictada en Logroño un 16 de junio de 1746, manuscrito en uno de los libros de fábrica de la parroquia del vecino pueblo al que ahora pertenece, condenaba a unos vecinos de esta localidad por la «extracción violenta de la campana mayor de su torre [de Rabanera], llevándola a la de la dicha iglesia de la Ventosa» a que «vuelvan y restituyan, a costa de su concejo y vecinos, a dicha iglesia de Rabanera, poniéndola en su torre como antes estaba», a causa de lo cual «por no haberla se han quedado algunos sin misa los días festivos por no oír el cimbalillo que tiene». Ya tenía muy escasa población Rabanera, por lo que allí se cuenta, y antes de acabar el siglo XVIII ya se la cita como ermita, y se advierten desperfectos muy serios en su fábrica, mobiliario y ajuar.
Los bienes de esta aldea están repartidos entre Montaves, Palacio y La Ventosa, llamados "lugares de la Campana”
Existió una cuadrilla de la Mesta con el nombre de Rabanera y, según documento conservado en el Archivo Histórico Provincial de Soria, de fecha 25 de mayo de 1660, se reunían en el cementerio de ese lugar: Sepan cuantos esta pública escritura de poder vieren como nosotros el alcalde procuradores y hermanos de la cuadrilla de la Mesta que llaman de Ravanera de la jurisdicción de la villa de San Pedro, estando juntos y congregados en el lugar de Ravanera y cementerio de la iglesia de él donde tenemos costumbre de nos juntar para tratar las cosas convenientes a el servicio de Dios nuestro señor y utilidad y provecho de dicha cuadrilla (…)
Ermita de la Virgen de Rabanera
Se trata de un sencillo templo de planta basilical, construido en mampostería, cerrado por una cabecera compuesta de tramo recto presbiteral y ábside semicircular. En el interior, sólo queda en pie el muro septentrional y la conca absidal, siendo el resto dominio de zarzas, cardos y abrojos: desidia y abandono. Tristeza. Nada queda de la entrada meridional del templo, pero sí se conserva en el muro norte una sencilla portada de medio punto, hoy semienterrada. Enhiesta, desafiando los vendavales invernales, las ventiscas primaverales y los tórridos calores estivales, aún permanece en pie, no se sabe por cuánto tiempo, una esbelta espadaña construida en sillarejo, con dos vanos para campanas de arcos apuntados sobre impostas de nacela y rematada en un piñón ciego.
Esta ermita se hizo tristemente famosa en los primeros días de la Guerra Civil española, por haber sido fusilados algunos habitantes de San Pedro, a manos –a fusiles en este caso- de requetés, contra los muros de su espadaña, según recogieron Herrero Balsa y Hernández García en su libro “La represión en Soria durante la Guerra Civil”, y según recuerdan todavía, muy vivamente, los habitantes de la zona.