El horno común se utilizaba por las noches, al toque de oración de la campana de la Iglesia, se reunían en un determinado lugar, las mujeres, que necesitaban usar el horno, juntándose en dos o tres, para ocupar su capacidad, y para su calentamiento usaban, leña, espinos, etc. Deshacían en cisco con un palo largo, así como lo barrían con trapos atados en la punta de otro palo largo.
Las mujeres cuando consideraban que ya tenía el horno la temperatura adecuada, traían la masa que previamente habían preparado en casa, en hogazas, de tres a cuatro kilogramos, y con una pala, lo introducían en el horno para su cocción. También existía la costumbre de asar patatas, hacer una tarta que la doraban con aceite, así como algún asado de carne o cabeza. En la actualidad este servicio, lo realizan los panaderos en barras que vienen del pueblo próximo de San Pedro Manrique, que al toque de un bocinazo del vehículo, acuden a la plaza los vecinos que necesitan este suministro de pan.
El horno también era utilizado por los jóvenes para hacer meriendas de caldereta, con la matanza de uno o dos corderos pagados a escote, preparados en unos calderos de hierro, que resultaban muy sabrosas y regadas con buen vino tinto.
En la actualidad, se sigue utilizando el horno, recientemente reformado, para la realización de asados, sobre todo, en las fiestas. También se elabora alguna que otra pizza casera. Además es el lugar donde se prepara el almuerzo del día 16 de Agosto, después de la diana y la chocolatada del mismo día por la tarde.