El día 20 de mayo, se procedía en caso de cambio de los pastores, de los cuatro rebaños de ganado lanar que había y la piara de ganado cabrío, para el verano; y el veinte de septiembre, para el invierno. También se hacía el 20 de mayo el sorteo para el turno de dar de comer al pastor, y por medio de redes llevar a dormir el ganado a sus propiedades, para el abono de los huertos, posteriormente de las fincas, que custodiaba el pastor, que dormía en un saco de paja con mantas, sí el tiempo lo permitía hasta el 20 de septiembre, así como igualmente se hacían turnos, para ayudar al pastor por las tardes, para aprovechar la hierba verde entre los sembrados, más tarde la espiga después de segar.
Por el invierno era costumbre invitar al pastor a las matanzas, así que tenía una temporada buena, de comer bien, también cuando hacían hornadas de pan, le daban al pastor un bollo con chorizo, huevo duro, etc.
El semental del rebaño cabrío, era propiedad del vecino Eusebio Benito, recordando de cuando era chaval, que tenía uno que era la diversión, porque los chavales le retorcíamos el rabo, y salía a golpearnos como un toro dando vueltas en la escuela de niños y nosotros corriendo a toda prisa.
Trashumancia
La trashumancia se entiende como el movimiento estacional de ganado, siguiendo las rutas regulares para explotar al máximo los pastos naturales a lo largo del año. Durante muchos años, marcó la forma de vida en Tierras Altas, donde se desarrolló una importante cabaña ganadera lanar con miles de cabezas que realizaban la trashumancia, y dejó impresa su huella en el paisaje y en el paisanaje de los habitantes de esta comarca soriana, que en el mes de junio celebra la Fiesta de la Trashumancia con la llegada de los rebaños de tierras más cálidas y con un homenaje a sus pastores. En Oncala, igualmente, se puede visitar el Museo de la Trashumancia. Hoy en día, tras la desaparición de la Mesta y el abandono progresivo de la ganadería, la trashumancia se mantiene en unas pocas explotaciones de la comarca de Tierras Altas con unas 4.000 ovejas. En octubre marchan hacia el sur, concretamente a Extremadura y Castilla La Mancha, y en junio regresan a la provincia castellana, buscando los pastos frescos de la serranía soriana.